Primer visita al Comedor Amiguitos - 8 de marzo de 2014
Vamos llegando al comedor, las primeras a pie, Catalina, Mariana y su hija Vicki, Pochi en colectivo, María Elena, Violeta; Mariel y yo en el auto de Mariel, cargando bolsas con los materiales. Romina, a la que su familia alcanzó en auto. Atrás vienen Juan y Mariano en bicicleta.
Gestionado por Juan, nos trajeron en préstamo instrumentos de percusión, que acomodamos en el patio. Un rato después, se agrega Eugenia.
Aunque quedamos en arrancar a las 10 y 30 y apenas son las 10, los chicos que están dando vueltas por ahí, familiares y allegados de Belén, la dueña de casa, se acercan rápidamente a ver qué trajimos, y en seguida se arman los sectores.
Mariel conecta un equipo de música que trajo y musicaliza el ambiente.Romina y Mariana proponen pintar con crayones, y se arma una ronda de edades diversas. Al rato, con una mesa no alcanza y hay que agregar otra.
Un poco más allá, el juego de emboque al sapo no para , un grupo de varones de unos 8 años es el primero en acercarse. Cuesta establecer las pautas del juego, respetar los turnos. La actividad lúdica es espontánea, exploratoria. María Elena o yo los guiamos para que no haya conflictos y pueda seguir el juego. En esta misma mesa, con los bloques del yenga arman paredes y torres. Les gusta tratar de conservar el equilibrio al ir ganando altura. Algunos chicos permanecen bastante tiempo concentrados en estas actividades. Los juegos de mesa con reglas más establecidas no despiertan interés.
En otro rincón hay una pila de disfraces y Violeta les propuso pintarse las caras. Una larga fila de nenas espera su turno. Las flores parecen ser el diseño favorito. Algunos varones se prueban máscaras. Un pequeño, Aarón, con la ayuda de Catalina, caracteriza un cocinero, dos chiquitinas se visten de princesas.
El sector de los cuentos es visitado como de pasada, una hojeada rápida a un par de libros, y siguen de largo. Sin embargo, cuando se les propongo leerles un cuento, se agolpan a escuchar y mantienen la atención hasta el final.
Pochi va de acá para allá charlando con los chicos y proponiendo alguna actividad. Y afuera, en el patio, se armó la batucada. Juan y Mariano los guían con en el uso de panderetas, toc tocs y el cajón peruano. Cuesta tomar el ritmo, pero hay entusiasmo.
Por esta primera vez, no trabajamos con reciclado, Eugenia les propone la actividad a algunas chicas de las más grandes para la próxima jornada.
Los chicos van llegando cuando se acerca el mediodía, y con fluidez se incorporan en alguna actividad. Algunas mamás también se ponen a pintar o armar con bloques.
Charlando con la gente del comedor, surgen otras necesidades, como el apoyo para las actividades escolares. María Elena, bibliotecaria, piensa en ayudar a organizar la biblioteca para que se pueda consultar con mayor facilidad.
Ha quedado pendiente una construcción con permacultura, tienen los neumáticos apilados. Juan sabe del tema, y en algo podremos aportar.
Nos invitan a participar del festejo de cumpleaños del Comedor, en agosto. Para esa fecha, habrá que pensar algo grande!!! Los primeros frutos de los talleres, tal vez.
La próxima, el sábado 21 de marzo, con un cambio de horario (a las 12) después de que los chicos almuerzan. Más temprano, no todas las familias se levantan y mandan a los chicos.
La realidad nos va marcando su propio ritmo y sus demandas...
Andrea Busch
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